La autorevelación tiene el poder de cambiar el pasado en presente. Cuando el fuego arde, las chispas brillan; y esto lo aplico en mi autorevelación, porque a medida que el relato se acerca a la realidad, el interés será mayor y se descubrirán las chispas que del cincel y del martillo emanan al moldear mi vida.

El niño es optimista, ingenuo, dependiente, emotivo, elástico, flexible, jugador incansable, íntegro, espiritual y amoroso. Tú fuiste así. Todos fuimos así. Luego empezamos a escuchar a los adultos que nos rodeaban y les creímos, ahora negamos nuestra magnificencia, nuestra condición de niños y nos llenamos de creencias que lo único que hacen es limitar nuestro desarrollo y alejarnos de la felicidad al no poder administrar y disfrutar de los recursos que nos rodean. Ahora usas una máscara para interactuar en la vida, ocultas tu propia identidad por el miedo de ser avergonzado, de ser lastimado nuevamente.

Proteges al niño herido que vive dentro de ti, porque no deseas que siga sufriendo; pero aunque tú no lo desees, el niño herido se manifiesta a cada momento y bloquea tu desarrollo y sigues sufriendo. Esa es la razón por la que te recomiendo tomes la decisión de analizar tu infancia y sanar las heridas que ocasionan que actúes de esta manera y que tengas los resultados que ahora tienes en tu vida.

Alguna vez oí “dime qué infancia tuviste y te diré quién eres”, y creo que tiene sentido afirmar esto, porque las bases más importantes de tu conducta de adulto se encuentran en la infancia, (aunque posteriormente fuiste añadiendo elementos que te ayudaron a construir tu propia personalidad) y si esta etapa fue tormentosa, tus resultados en la vida adulta lo serán en igual manera. Allí se reflejará la base que tuviste, y eso solamente tú lo puedes remediar.

Recupera tu vida

Recuperar tu vida es un proceso que puede comenzar con actividades tan sencillas como hacer una reflexión acerca de ti mismo. Recuerda los detalles de tu niñez, las fortalezas y debilidades de tus padres, de las posibles consecuencias de la relación con ellos. Te invito a que veas la película de tu infancia, sin censuras (no es aconsejable compartir la información con tus padres o parientes cercanos). Te invito a que vayas a la playa o a un lugar apartado; piérdete todo un día y así tendrás oportunidad de reflexionar sobre quién eres y quién deseas elegir ser.

Date la oportunidad de sanar a tu niño interior y recuperarás la frescura de la infancia, la felicidad que se te ha ido perdiendo con el tiempo y verás la vida como un caleidoscopio. Date la oportunidad de ser libre y amar nuevamente y te sentirás a salvo de este mundo de temores, aflicciones… en fin, de esta locura en la que vivimos.

Si posees una foto de cuando eras un niño, llévala; si todavía conservas algunos juguetes de tu infancia, te aconsejo que sean parte de tu equipaje en este viaje, además de una libreta y un lapicero. Al ver la foto, advertirás la alegría que emanaba de tus ojos cuando eras un niño. Verás a un pequeño inocente, maravilloso, que sólo desea la oportunidad de vivir su propia vida.

Tal vez has sentido la necesidad de ser libre de todas esas limitantes en tu vida que te impiden disfrutar la vida plenamente. Es posible que estés rodeada de personas que son francas, abiertas y expresivas y quieras dejar a un lado tu timidez y ser más efusiva. Este es el momento de lograrlo.

Ejercicios

1. Ponte a cuentas contigo. Busca un lugar en intimidad donde puedas reflexionar sobre todo lo que ahora eres y no quisieras ser. Tal vez una persona envuelta en preocupaciones, temores, dudas, miedos, que no suelta el poder, enojona, en fin.

2. Haz un recuento de tu infancia. Analiza por qué hay determinadas barreras en tu vida o aspectos que te molestan de los demás. Empieza a recordar momentos en tu niñez en los que pasaste por una circunstancia similar.

3. Identifica a quien te dañó. Tal vez logres identificar a personas que te hirieron, te ofendieron o te hicieron sentir muy mal y a raíz de eso, tu personalidad cambió radicalmente.

4. Deja atrás tus heridas. Deténla en tu mente, recrea esa situación y perdona a la persona. Tal vez no sientas que se lo merezca, pero es la única manera de ser libre. Perdónalo y pronúncialo en voz audible.

5. Atrévete a cambiar. Rompe tus moldes, declara a cada rato que tú puedes ser diferente y comienza a hacer esas cosas que te limitan.

6. Comienza a soñar. Siendo libre nada te detiene para soñar y lograr las metas que te propongas. Sé visionario y sé feliz.